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“El fenómeno de evasión fiscal, no reconoce causas únicas, sino que se trata de un tema complejo y dinámico, por lo que su remoción requiere de detectar los factores que nos llevan a tales consecuencias.

Desde este punto de vista, se ha coincidido en la carencia de una conciencia tributaria, en la existencia de un sistema tributario poco transparente, en una administración tributaria poco flexible y en el bajo riesgo de ser detectado. Resulta vital el rol a asumir por las administraciones tributarias, que a los efectos de lograr un obrar eficiente, deben propender a garantizar la integridad e imparcialidad de la Administración fiscal, garantizar la continuidad de una Administración fiscal adecuada y la confianza de los contribuyentes.

Desde tal punto de vista, es posible sostener que la medida de la evasión fiscal permite cotejar el grado de eficiencia de la Administración tributaria. El nuevo orden internacional plantea nuevos problemas y conflictos en materia fiscal y nuevas figuras de evasión, como la utilización de paraísos fiscales, la práctica de los precios de transferencia, los fenómenos de capitalización exigua, los nuevos instrumentos financieros (derivados), el comercio electrónico y otros.

Para ello, es de notoria importancia la introducción de modificaciones en materia de legislación interna y de cooperación internacional entre países, a través de la asistencia mutua entre las administraciones tributarias, por medio del intercambio de información y la cooperación en auditorías fiscales.